miércoles, 6 de febrero de 2013

En primera persona.

Cholulaje extremo. Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches, como si hubiera que alegrarse de un evento de cero impacto sobre nuestra vida salvo las páginas que llenarán de registro y anales de revistas de prensa amarilla al divino botón y que pagarán los cholulos para los que esto representa una oportunidad de hacer un fack you en el escenario de la aldea global donde seguirán pensando lo mismo que piensan de nosotros hace quinientos años que somos unos giles de primera y que encima nos emocionamos de estupideces, las zonceras del diez y los goles de un chico al que nadie le dio bola cuando su padre pidió ayuda, la que nos faltaba para llenar el vaso de las boludeces del espíritu nacional, la máxima de Máxima de los máximos que andamos por acá una reina consorte que no significa nada más la mina que se acuesta con el tipo que hace de rey en una aldea lejana donde hay otros códigos y especialmente otros niveles de cultura, no significa nada salvo que los mismos cholulos indexados escriban proyectos de leyes para formalizar la monarquía por estos lados que en ese caso si no nos equivocamos seríamos una monarquía de naturaleza residual (trucha es la palabra grosera) porque nuestros nobles son descendientes respetables de las lacras – vagabundos, campesinos venidos a menos, presidiarios, prófugos de la inquisición, enfermos - que hace quinientos años conformaban la tripulaciones de los barcos que venían para estos lados. A los 74 años y tras 33 en el trono, Beatriz de Holanda, una de los monarcas más ricos del mundo, decidió dar un paso al costado y abdicó a favor de su hijo mayor: Guillermo Alejandro. En un breve discurso televisado a todo el país, la reina hizo el anuncio formal. El próximo 30 de abril, su primogénito y la argentina Máxima Zorreguieta subirán al trono. Máxima será reina consorte. La argentina Máxima es el miembro de la familia real preferido por los holandeses. La adoran. Su calidez y simpatía ha conquistado a los súbditos de la Casa de Orange, una de las más ricas y poderosas del mundo. La reina aseguró que no abdica "porque el cargo me sea demasiado pesado sino para pasar la responsabilidad a nuevas manos". Esas manos son las de su hijo Guillermo Alejandro y su nuera Máxima, próximos reyes de Holanda y según Beatriz, "plenamente preparados para esta tarea". Beatrix Wilhelmina Armgard van Oranje-Nassau (ese es su nombre completo) nació el 31 de enero de 1938. Este jueves cumplirá 75 años. Accedió al trono el 30 de abril de 1980 tras la abdicación de su madre, la reina Juliana. También su abuela, la reina Guillermina, abdicó en 1948 en favor de Juliana. Nunca un rey holandés había llevado la corona tanto tiempo. A los dos años de su nacimiento se exilió, tras la invasión alemana de Holanda, primero al Reino Unido y después a Canadá. El 10 de marzo de 1965 se casó con el aristócrata alemán Claus von Amsberg, antiguo miembro de las Juventudes Hitlerianas y de la Wehrmacht. En los últimos años tuvo que soportar que la prensa holandesa publicara varios escándalos financieros que afectaron a su hijo, el príncipe Guillermo Alejandro. Uno de ellos, vinculado con una mansión que se habían construido en Mozambique y que debieron vender a raíz de las críticas. Hace casi un año sufrió uno de sus momentos más tristes. Su segundo hijo, Friso, fue víctima de un accidente mientras esquiaba en Austria y desde entonces está en coma en el hospital Wellington de Londres, donde la reina lo visita cada fin de semana. La reina Beatriz deja el trono con el cariño de la mayoría de los holandeses. Según uno de los últimos sondeos, publicado el 30 de abril del año pasado por la televisión pública NOS, hasta el 81% de la población holandesa considera a Beatriz muy popular y cree que hace una buena labor por el país. Guillermo Alejandro será el primer varón rey de Holanda desde la muerte de Guillermo III en 1890. A su lado, estará la argentina Máxima Zorreguieta y las hijas de la pareja Amalia, Alexia y Ariane.

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