domingo, 6 de octubre de 2013

Desmitificando, cinismos.


Fingimos que entendemos cuando no entendemos demasiado o nada sin resolver que tal vez entenderíamos mejor lo que tenemos lo que debemos entender fingiendo que no entendemos, formas al final por las cuales expresamos desvergüenzas que no blanqueamos gracias a la información genética que nos alerta nos prende la amarilla que los próximos pasos en nuestras intolerancias, significarían retornar a los tiempos en los que anduvimos descalzos en manada, cuando las resoluciones a las tensiones o cooperaciones se resolvieron a los palos sin mediar palabras ni razones, mucho antes de ir forjando las concepciones que nos perjudicaron y nos perjudican como las acumulaciones patrimoniales que en sus potenciación privan a algunos hermanos de sus alimentos más básicos, fingimos que entendemos las lógicas desordenadas e irreductibles que nos sirven bajo las formas de normas correctivas de religiones que se disuelven en los estados de aislamientos y cuando quedamos reducidos a lo que somos un poco más de esa materia que además el tiempo desgasta inexorablemente, fingimos que entendemos cuando no entendemos y deberíamos entender aunque finjamos que no entendemos porque esas posiciones o actitudes son las funcionales a pasar por idiotas cuando no corresponde o por eficientes cuando tampoco corresponde porque les corresponde a otros que para eso igual que cualquiera igual que nosotros se desviven por lo mejor evitando lo peor no lo mejor o peor de nosotros como especie sino lo mejor o peor de nosotros como célula.


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