martes, 22 de octubre de 2013

Desmitificando, las oportunidades.



Es preferible rechazar las oportunidades que presuntamente prometen los que prometen esas oportunidades que nunca se dan y aceptar las oportunidades que presuntamente no prometen los que no prometen y que en una de esas se dan por los menos en las costas por donde caminamos con niveles de hipocresía que tienen que hacer temblar a dios de impotencia y al diablo de satisfacciones porque además se dan en un marco de justificaciones éticas morales y religiosas que asombran y apestan, por lo menos cuando las referencias se hacen a la posibilidades de desplazamientos que uno puede soñar resolver durante vida de duración media en el trayecto de un promedio aceptable de años en una estructura social normalizada, no es ni siquiera cercana a una estructura social de oportunidades donde las relaciones nominales prevalecen marcando las pautas en la administración de los privilegios económicos y de poder donde el patrón continuará siendo patrón y la servidumbre continuará en servidumbre, aunque los nombres que estas escisiones de origen vayan cambiando con las modas.

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