miércoles, 2 de octubre de 2013

Desmitificando, desguaces de película.



Insisten con lo que ellos suponen que está mal pero que entra en la discrecionalidades de cualquier gobierno producto de elecciones libres, no dicen cómo se corrige lo que está mal, destacan el defecto sin dar la alternativa de las correcciones, revelan lo que creen no proponen, van sobre las subjetividades de las opiniones olvidan las objetividades, privatizaciones de los servicios esenciales con pliegues licitatorios y regulatorios armados a las medidas de los talles especiales de las corporaciones multinacionales, regulaciones con ánimos neoliberales en mercados sensibles a las modificaciones de los costos sociales, desmantelamientos de estructuras cruciales a las planificaciones como las arquitecturas nacionales y provinciales como las vialidades, son solamente algunos de los muchos ejemplos que encajan para los noventa en las economías de la aldea y de aldeas cercanas, desguaces al fin prolijamente listados en que habrán estado pensando los de la banda de menen cuando procedieron a los desmantelamientos de oficinas y de las fábricas y de los galpones y de todas esas cuestiones de un de grupo de técnicos al promediar los nefastos efectos considerando que en las segundas elecciones de medio tiempo determinado de diseñar las estrategias para bajar los que estaba arriba para destruir lo que estaba destruido, onda esos banqueros que en esos años compraban bancos comerciales en quiebras con pasivos insostenibles con créditos de los propios bancos oficiales a precios viles y como testaferros de funcionarios corruptos, como ese que ahora es democrático, y preside la notable asociación federal de bancos privados de esta aldea de payasos y olvidadizos.

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