martes, 1 de octubre de 2013

Desmitificando, religiones.




La misma obcecación que se pone para buscar las riquezas terrenales esas que levantan nuestras estimas confortables nos dan seguridad no levantan la autoestima, la misma obcecación es la que El nos pide que pongamos para buscar la riqueza celestial lo que quiere decir que con menos carga material alcanza si con eso alcanzamos los umbrales de pasares confortables sin dejar a otros en el camino quedándonos con sus partes como si no nos diéramos cuenta el mismo empeño para buscar la redención allá donde se miden los resultados diferentes no es malo ser rico o tener las cosas materiales lo malo es apropiarse d lo que no se usa por ejemplo impidiendo que los use quien podría haberle dado un provecho diferente, la misma fascinación las mismas perturbaciones, los mismos desprendimientos de las tachas terrenales para buscar las glorias celestiales para marcar las diferencias allá donde no vemos allá donde percibimos que las escalas son otras a las escalas que utilizamos por estos lados los mismos altruismos que tomamos para nosotros mismo para llegar a las riquezas terrenales pero para alcanzar las riquezas celestiales, las renuncias por acá a tesoros insustanciales y terrenales para poseer allá otros tesoros celestiales las mismas actitudes de acumulare acá pero buscando de acumular allá, adonde no hay ni ricos ni pobres allá donde igualamos entre los que hicimos en proporción a las buenas conciencias y los que hicimos al revés de los que dictan las conciencias, esas son religiones que valen, antes de los nombres de los dioses que se elijan para invocarlos, no acumular demasiado a sabiendas que al otro le falta no pensar que la pulcritud del codicioso se reconoce más allá donde también llegan esos a los que les faltó de lo que otros acumularon, no es malo tener espíritu de progreso lo malo es que para satisfacerlo se prive a otros de los que precisamente le falta.

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