miércoles, 16 de octubre de 2013

Desmitificando; éticas de patio trasero.



El muerto se admira del degollado sirve para cerrar con un nivel alto de percepción la frase popular del lenguaje chabacano que viene a cuento con un cuento particular de patio trasero de la casa, allá donde la ética se convierte en subjetiva y es lo que conviene antes que lo objetivo, allá donde la moral es lo que interpreta el poderoso y no el pobre infeliz del que se supone que además de no tener patrimonio tampoco tiene ética, donde la moral del privilegiado es distinta de la moral del que no cuenta con privilegios, en una aldea donde en épocas pre electorales pululan los prolijos las almas transparentes y reivindicadoras que se levantan sobre las almas o los espíritus de los mortales comunes para recordarles de sus inescindibles mediocridades, en treinta minutos de fama, policías coimeros policía femenina que parte la tierra con un buen par de tetas, ocupando espacio público para otros que lo ocupa y encima de mala leche, existen para que nadie se olvide que donde estamos hay hijos y entenados y que los hijos concentran todos los privilegios del sistema y que los entenados no solamente no tienen privilegios sino que existen residualmente, qué les pasa, han armado toda una historia con un inconveniente de tránsito y un candidato a diputado que, como es lógico que lo sigan a sol y sombra para descubrir sus defectos, debería extremar los cuidados que tiene sobre el mismo y sus acciones para cometer la menor cantidad de errores como estos, el mensaje subliminal de los moralistas presuntos que escriben es para los potenciales electores, como diciendo miren los candidatos que tienen como si los otros fueran muy diferentes.

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