jueves, 6 de marzo de 2014

Desmitificando; alegrías enfermizas.


La misma lógica del schadenfreude, una palabra alemana sin traducción pero que puede servir para llegar describir una bajeza tan frecuente entre nosotros en esta aldea de lágrima, que es alegrarse porque todo va mal especialmente a los otros a los que nos rodean, que es como sentir una satisfacción morbosa porque a los prójimos o próximos no les salen las cosas como quisieran que les salgan, que es como queremos todos, que nos salgan lo mejor posible, porque salvo excepciones, todos estamos para eso, para hacerlo lo mejor posible, la misma lógica de esperar la noticia adversa para el otro, es la que nos funcionas en todo momento porque es en definitiva como no fueron acostumbrando y además cómo lo fuimos aceptando a lo largo de nuestra historia a lo largo de nuestras historias, a propósito que no empiecen las clases como una vez más de todas las veces que no empiezan por estos lugares donde los maestros razonan como financistas y los financistas razonan como maestros porque como ellos tienen capacidades financieras no tienen intereses en la escuela pública porque pagan colegios privados donde los maestros y profesoras van sí o sí, por fin estamos todos alegres, una vez más tres o dos días perdidos, porque los representantes gremiales, ungidos por asambleas que mencionan, se limpian el que te dije con las propuestas y hasta con los ruegos de funcionarios que no le piden que cambien ni las cantidades ni las calidades de sus reivindicaciones, sino solamente los tiempos para no embromar a los chicos que de por sí ya van embromados, especialmente a los miles de chicos rehenes de esa cosa amorfa que denominamos educación pública, totalmente deficiente, como la privada en esta puta aldea, donde estamos todos rebosantes, una vez más nos alegramos de nuestras desgracias especialmente si las desgracias son del prójimo, algunos dicen de los compatriotas.


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