La misma lógica del vértigo
argumental que significa jugar con los rangos de estables de categorías que son
por definiciones inestables, de cambiar el eje de rotación de las
interpretaciones para tomar las decisiones, la misma lógica del vértigo
argumental que consiste en poner en tela de juicio decisiones apropiadas o al
menos decisiones legitimadas, por lo tanto decisiones legítimas, alegremente
como se hace por intermedio de los medios de comunicación en la aldea, de poner
en tela de juicio por la contraposición de cualidades de argumentos que
relativizan las presunciones de los rangos de la verdad o del valor de los
eventos que desencadenan las decisiones por lo general de la gestiones de gobierno
nunca de las gestiones de los particulares, la misma lógica argumental que
sirve para jugar con los alcances del mensaje pero también de los meta mensajes
que aparecen como mensajes subliminales, es la que utilizan sin autocríticas
los improvisados comunicadores nuestros de cada día, que ahora se agarraron con
el narcotráfico, precisamente en los titulares los copetes y las portadas de
hoy, con resultados de sus sospechosos estudios de mercados hechos por
consultoras anodinas donde reiterativamente se vuelve sobre presuntas
preocupaciones sociales que no son, es como para preguntarles al final de qué
está preocupada la sociedad en la aldea, porque en la depuración de esa
propaganda reaccionaria que ponen en movimiento con un aparato claramente
reaccionario, se determina un abanico de mentiras de verdades a medias de
paradigmas inventados, que hoy son el narcotráfico y mañana qué serán, con el
exclusivo fin de transmitir el vértigo continuo la ausencia de una calma que no
llegará para una sociedad que no encuentra el tanding de su baile, su eje de rotación.
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