miércoles, 12 de marzo de 2014

Desmitificando; sobre estimaciones y sobre actuaciones.




La misma lógica de la sentencia implícita del aprecio hacia uno mismo en la letra bíblica de amarás prójimo como a ti mismo, pero amplificada, enormemente amplificada, estúpidamente amplificada, es decir sin reconocimiento por parte de quien lo ejercita de una postura un comportamiento, que por naturaleza actúa como disparador de compensaciones de faltantes personales, de transferencia de limitaciones propias para que otros no se inmiscuyan, del complejo de superioridad según Adler, que lo consideraba un mecanismo inconsciente, neurológico, a partir del cual se resaltan las cualidades en las que se sobresale, como una forma de ocultar otras en las que no se sobresale, la misma lógica que es la consecuencia de un proceso de transferencia que busca esconder la inferioridad percibida por el mismo individuo con la pretensión de ser superior a los demás, la un sentimiento de inferioridad no expresado externamente no la consecuencia de una convicción sobre la propia natural superioridad, que conduce a la adopción de posturas prepotentes o arrogantes en el trato con los demás, la misma lógica del resultado de un complejo de inferioridad mal resuelto, es la que está muy arraigada en nuestro inconsciente social y es la que nos hace permeables a las manipulaciones de opinión que cualquier vivo disfrazado de político, de pastor, de periodista, o de lo que fuera, por eso cada polémica general que requiere de serenidades, como el de la reforma del código penal, nos desorbita y no pone enardecidos como en una cancha de fútbol, hablamos y opinamos de un lado, hablamos y opinamos del otro lado, como si fuéramos expertos conocedores del tema, cuando en el fondo no sabemos nada, ni nos hacemos cargo de lo que nos asusta.



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