Desmitificaciones, dislexias y mediocridades peligrosas.

La misma lógica genética que opera para que hayan discrepancias frecuentes entre el potencial de aprendizaje y el nivel de rendimiento de un sujeto, entre impedimentos invisibles en el acceso al conocimiento en un escenario de ética elemental y los desempeños que cotidianamente tenemos con los demás, de proyecciones de la identidad en las diversidades, según algunos experimentos también con algún tipo de contagio externo con las vueltas que dan la comunicación y la información con los avances vertiginosos de la tecnología, tiene que ser la que aplican algunos de los nuestros para actuar como actúan en el paroxismo de la estupidez que cuando se mezcla con vulgaridad son bombas explosivas, como esos que han recibido dos o tres de esas distinciones de esas internacionales que además se “compran y venden” como otras mercancías en marcados negados al conocimiento de los giles infelices cautivos de la globalización nuevamente en la deficiencia y la mezquindad, ya se sienten con aires de opinólogos autorizados (probablemente con contratos privados de patrones que pagan en dólares) como este que obtuvo un oscar y ahora un goya por un filme de animación que probablemente es muy bueno, presuntos formadores de opinión pública seguramente en las proyecciones de los que le ponen letra y prensa, para hablar de una presunta tensión social inexistente sin decir nada de la tensión sí de clases privilegiadas desde la colonia que ni siquiera están perdiendo pero siempre se mueven para ganar más, convertido el man en opinador rentado, que ahora que se apagó por unos días es de suponer, las especulaciones con el dólar, pondrán foco en las paritarias incentivando a que los sindicalista pidan lo que es imposible que les den buscando el foco de tensión sustituto, ese mismo, esos mismos, que viven buscando el pelo en la leche, la quinta pata del gato, poniendo los palos en la rueda de los demás como si no conectaran su aprendizaje potencial con sus rendimientos óptimos, camino al titular escandaloso, la mala noticia, la difusión confirmando que somos una bosta.