martes, 11 de febrero de 2014

Desmitificaciones; expresión y comunicación.


La misma lógica canónica heredada sin filtraciones de las interpelaciones escolásticas de las épocas de las conquistas y de las colonizaciones aunque a la aldea legara la resaca, que a veces se le pone a los mensajes que llegan masivamente para hacer efectiva la recepción de la carga ética efectista política que contiene con el objetivo principal que el statu quo esencial del orden y la subordinación no sea modificado sustancialmente, aunque no se distinga aquello de las distorsiones que después se dan en los efectos también por los instrumentos que se utilizan, como señala Eco cuando escribe para el caso del cine que permite "expresarse"(con todas las connotaciones estéticas que asume la categoría de "expresión"), mientras que la televisión permite como máximo "comunicar" (la diferencia, pues, entre los dos medios sería la misma que existe entre arte y crónica), esa misma lógica es la que utilizamos cotidianamente en las decisiones que tomamos que no nos resuelven las cuestiones de las diferencias de fondo que tenemos, cuando queremos expresarnos confundimos en la comunicación cuando estamos en las comunicaciones lo hacemos con las cargas subjetivas que potencialmente pueden modificar las conductas de quienes receptan, en suma, cuando entendamos que se puede disentir sin odiar que se puede consentir sin subordinarse ni volverse obsecuente, cuando entendamos que se puede caminar sin pisar discutir sin censurar que se puede adscribir sin imponer, probablemente abramos mejorado ese abismo que diariamente ponemos entre expresar y comunicar.



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