sábado, 8 de febrero de 2014

Desmitificando; imposibilidades.


La misma lógica vegetariana del perro del hortelano descripta con destreza por Lope de Vega hace mucho tiempo, es la que aplican también y con extrema y sospechable pericia los patroncitos de la aldea, que ni de cerca son solamente los dueños de los medios, tiene que ser seguramente, un grupo más grande constituido de chantas representativos de sectores con privilegios consuetudinarios por aquí, como los patrones de estancia los de bombachas y alpargatas, los regentes de bancos y afines en el conjunto de otros usureros, más los regentes y no gerentes de esas cuevas que encubren negocios más que seguro importados como el de los seguros valga la redundancia, los seguros de riesgo, la salud y porqué no la educación, y obviamente los dueños de medios y todo el séquito de lacayos a sueldo que se autodenominan comunicadores sociales, que no son más que entorpecedores de los ordenes que no resultan convenientes a sus empleadores, que son los ordenes impuestos por administraciones de gobierno que pretenden tocarles una minúscula proporción de esos privilegios, cuando estiman resentida esa secreta unidad resumida en prerrogativas y franquicias que se vienen distribuyendo y distribuyeron desde hace doscientos años más o menos con algunos complementos muy curiosos, a propósito de los gobiernos no aparece en el horizonte de nuestra impresentable historia, ningunos que hay tomado como desafíos propios sugerencias de propios y ajenos valga la redundancia, sin embargo las señales de reconocimiento siguen brillando por sus ausencia en entrevistas, artículos, editoriales y noticias varias, lo que indica que esas conductas esos comportamiento dubitativos de no comer y no dejar comer tienen un claro sustento ideológicos, el mantenimiento de masas de idiotas y de giles, generación por generación, con estos impedimentos a proyecciones del porvenir como se decía en épocas más gloriosas, esos salvoconductos son imposibles.



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