Desmitificando; identidades.

La misma lógica del maximon, de las capas que hacen la apariencia de lo que en definitiva no somos, de lo que parece que somos pero que no somos, una capa muchas capas que delinean la fachada de una zaga que no es, aunque parezca lo contrario, en velos que envuelven un vacío dice Menéndez de la Riva el yo soy lo que yo es, una cara más de muchas que tapan un vacío, la vacuidad de la identidad, la misma lógica de la facultad transfiguradora de kukulcán para transformarse en su opuesto en su contrario, la síntesis de lo peor y de lo mejor sin promedios, del velo detrás del cual no figura la identidad sino el vacío de identidad, es la que más veces activamos los que andamos en los intermedios, las franjas medias en las estratificaciones, una amplia entidad en la que se mezclan enviones reaccionarios con otros revolucionarios que terminan en la nada, enviones por los que en corto plazo negamos lo mismo que anteriormente avalamos sin consideración de una coyuntura que exige una elección ética extrema, o se está o no se está con modificar la estructura, en donde la diferencia entre estar y no estar es bancar lo que nos gusta y no nos gusta de quien pusimos por nuestra cuenta a modificar esa estructura, en cambio por ahora subidos a los modos de vida de ladinos y criollos negando a los indígenas que niegan sus predisposiciones a los modos de vida de ladinos y criollos, en activaciones de la misma lógica que nos impide las integraciones con identidad en los circuitos globales, desesperarnos por inversiones externas de corto plazo repetidas en toda la trayectoria de nuestra historia económica antes que ordenarnos por inversiones internas de largo plazo que sirvan para resolver los estrangulamiento estructurales de nuestras sociedades residuales y de nuestra economía, repetir fórmulas de correcciones sociales y económicas que no sirvieron como si fueran a servir, hacer trazabilidades de vaticinios catastróficos que pierden sentido en la continuidad, la misma lógica que tendremos que desactivar al menos si queremos integrarnos con propia identidad en un nuevo orden mundial.