miércoles, 26 de febrero de 2014

Desmitificando; ostentaciones.




La misma lógica de la prudencia, de la moderación, de la mesura frente a potenciales comparaciones de dotes aparentemente reservadas para algunos en los repartos de privilegios o de defectos especiales también reservados para unos muchos en los repartos de servidumbres, de la que da cuenta Harris cuando menciona a los semai (península de Malaca, sudeste de Asia) que siguen un estilo de vida en el que los que tienen mayor éxito deben ser los que menos llamen la atención, que en su estilo de vida igualitario, la búsqueda de status mediante redistribución competitiva o cualquier forma de consumo o despilfarro conspicuos es literalmente inconcebible, los pueblos igualitarios sienten repugnancia y temor ante la más ligera insinuación de ser tratados con generosidad o de que una persona piense que es mejor que otra, esa misma lógica es la que deberían considerar muchos de los estúpidos comunicadores sociales de los que tenemos por la aldea, profesionales y no profesionales, esos que se pasan “estimando” catástrofes, para lograr titulares que ponen en dinteles de publicaciones gráficas o cibernéticas y marquesinas también gráficas y virtuales, esos que llevan el mismo tiempo que lleva la aldea creciendo como nunca creció en su historia medido este crecimiento como evolución positiva del PBI, diciendo que en los próximos períodos las buenas noticias fenecen, como si los pusiera excitados esa posición que a la aldea le vaya como el orto, ahora que se acabó los del dólar  las corridas cambiarias, presagian alta inflación, recesión (aunque no esté), y desempleo, cuando deberían invertir todo el tiempo que invierten en sus sandeces en proponer alternativas a las propuestas gubernamentales si les parecen tan negativas, pero no se les cae una idea, son de terror.

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