La misma lógica marxista por la
cual es posible establecer que las estructuras sociales residuales, el término
no pertenece a esa razón pero es el que usamos para nuestra aldea, que esas
estructuras están expuestas a transformaciones que necesariamente tendrán que
ser de largo plazo aunque de impactos fuertes respecto a los statu quo
establecidos secularmente y desde sus constituciones como estados nacionales,
por las grandes proporciones de población que no poseen una conciencia social
determinada por la falta de identidad con la cuestión nacional, lo que va en
contra de las transformaciones estructurales en las matrices de producción, y
una muy débil conciencia moral impedida por la prevalencia de la informalidad
sobre la formalidad y los despliegues sociales y de mercados, lo que va en
contra de las transformaciones estructurales en las matrices de consumo, esa es
la lógica que podría utilizarse en el rediseño de estrategias de modificaciones
de fondo más que de las modificaciones de forma que habitualmente se hacen sin
ningún resultado efectivo, esto es, la construcción progresiva de perfiles
productivos que además de las sustituciones para aumentar las ofertas de bienes
y servicios transables y mejorar las ofertas cualitativas y cuantitativas de
los bienes y servicios no transables fractures la rigidez de una estructura
productiva de bienes y servicios con escaso contenido de valor agregado a otra
donde el valor agregado sea superior proporcionalmente, y la construcción
progresiva de perfiles de consumo que además de la coberturas de las
necesidades básicas insatisfechas permitan resolver la orientación de los
costos sociales a cuestiones de equidad que a cuestiones de utilitarismo.
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