La misma lógica protestante del
utilitarismo en la base de la sustentación ética ideológica religiosa, que
propicia los presuntos méritos de la codicia para la providencia y la
prosperidad individual que por derrame se va modificando al bienestar social,
de efectos empírica y limitadamente demostrada en no pocas y concurridas
economías globalizadas, al menos categorizadas, clasificadas, medidas con los
parámetros más cuantitativos que cualitativos de los niveles de ingreso, las
constituciones estructurales de sus patrimonios tanto particulares como
sociales, las disposiciones propias de activos con elevados contenidos de valor
agregado en las interpretaciones convencionales, es la que pretenden que
aplican sin soportes doctrinarios ideológicos o éticos similares, algunos de
los cristianos que toman decisiones forman expectativas proyectan conductas y
comportamientos y determinan cauces de cooperación en lugares como la aldea,
precariamente preparados para resistir cimbronazos políticos que se disimulan
con las formas de crisis económicas terminales, lo que tiene la clara
proyección de priorizar el bienestar social global sin modificaciones en el
statu quo vigente aún a costa de inconvenientes severos en los diferentes
bienestar social local, es decir priorizar los equilibrios de los sistemas
monetarios aún a costas del hambre las desocupación y la marginalidad, la
codicia antes que la renuncia, aunque la primera tenga un elevado y superior
costo de oportunidad que el costo de la segunda.
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