La misma lógica del gataflorismo
que en principio se trató de una lógica propia del género alguna vez denominado
o categorizado como el sexo débil por algún sicópata discriminador, la misma
lógica de gritar por que le va por dentro y gritar por la abstinencia súbita,
de gritar porque sí y gritar porque no, la misma lógica de quejarse por tenerla
de quejarse por no tenerla, es la lógica que los anima a nuestros
comunicadores, todos truchos con excepciones en esta aldea donde solo basta
seguir atentamente o leer atentamente pocos minutos o líneas de comunicación
para conocer los niveles de subjetividad – objetividad que contienen sus
consideraciones, las de los exagerados todas en contra de los gobiernos
establecidos constitucionalmente, sin ningún reconocimiento posible a
decisiones virtuosas o tan solo neutras, se trata de una lógica con la cual
estos truchos mueven algunos negocios y negociados truculentos, que se vuelven
menos rentables en circuitos regulares o en circuitos normales.
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