La misma lógica de la traición del
monte de los olivos, despiadada traición a quien te sostiene y te favorece, la
misma lógica de la traición de Judas Iscariote que nace en la deslealtad, una
de las peores alevosías de la condición humana, la misma lógica de la renuncia
a los ideales por los cuales originalmente se comenzaron a llevar adelante
acciones más o menos heroicas, la misma lógica de la renuncia a los ideales
negociados por monedas que en algunos caso no son para nada pocas porque a muchos
los hacen pasar a los limbos del confort y a unas vidas sin apremios, es parece
la lógica que mueve a los dirigentes sindicales gordos pedorros e ineficientes
que disimulan sus roles confundiendo al proletariado que tienen a su cargo
porque son una bestias que lo único que hacen en sus gestiones es organizar
bandas de presiones con todas las peores acepciones que le puedan caer a esas
denominaciones, bandas que se ocupan de todo, especialmente de agresiones para
mantener repartijas de poder, absolutamente olvidados de los trabajadores que
en la aldea por ejemplo la mitad son informales lo que quiere decir que para
ellos esos no existen, además como son bandas – corporaciones al final como las
empresarias por ejemplo y otras lacras corporativas similares, ellos mismos se
encargan de impedir agremiaciones por fuera de los circuitos que controlan, y
encima lo niegan.
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