La misma lógica keynesiana que
indica que gracias a las versatilidades de la propensión marginal a consumir y
de las propensiones complementarias al ahorro y a las demás y presuntas
racionalidades de crisis de los individuos, que disparan en los encadenamientos
virtudes de los efectos multiplicadores, mejorando la demanda agregada, es la
que de un vez por todas tienen que dejar de aceptar pasivamente algunas de las
autoridades de la aldea por recomendaciones provenientes de presuntos
ricachones globales muy propensos al haz lo que yo diga no lo que yo haga, y
finalmente aplicar las políticas públicas inclusivas tanto en los circuitos productivos
cuanto en los circuitos de distribución de las rentas.
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