La misma lógica de
la expropiación en la que se privilegia el capital social sobre el capital
privado cuya naturaleza original es también y justamente su despliegue comunitario, la misma
lógica donde para aumentar el bienestar social se da curso al interés general
sobre el interés privado, donde lo común se impone sobre lo singular, el todo
a las partes, es la que tendría que proyectarse en la aldea, teniendo en cuenta
la formación de capital por inversión bruta que durante la última década
significa una multiplicación del PBI nacional por aproximadamente entre cuatro
y siete veces, para ordenar el mercado de la vivienda estigmatizado por un
déficit habitacional que no es tal ya que hay un número de viviendas en
condiciones de precarización y abandono equivalente al número de titulares
anotados para el acceso a su primera vivienda, en realidad más que otros
móviles indicadores de los desórdenes de asignaciones en estas partes de los
sistemas de distribución de los ingresos sociales por los sistemas de propiedad
privada y propiedad social de los recursos.
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