sábado, 23 de marzo de 2013

En primera persona


Trancabalancas.
Trancabalancas para arriba trancabalancas para abajo, jugamos, igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches, y parafraseando con las estrofas de la zamba dónde iremos a parar si se acaba el dólar sabrá decir un puñado de hijos de puta que no terminan de entender que con esto que pomposamente denominan corridas pero que no son más arrastradas de ellos mismos cuando reptan detrás de lo que creen que son su ahorros, lo único que están logrando es atentar contra el legado que les dejan a sus hijos y nietos que probablemente podrán aprovechar los muchos o pocos dólares que estos les dejen pero que tendrán una economía destruida, así de idiotas son, o somos, en realidad cualquier miembro conspicuo de selectivo club del medio pelo identificado en otras instancias con el comportamiento deplorable del cholulaje, baile pendular de nuevos ricos que de golpe pueden pasar directo a ser nuevos pobres para que después en un giro de un pedo pasen nuevamente a nuevos ricos siempre funcionales haciendo la vista gorda con las pelotudeces de los que están arriba y apretando en nombre de estos a los que están abajo, siempre mediando el pago de un canon, oscilantes oscilaciones, que para los que somos viejos no recuerdan a nuestros días en las plazas cuando las plazas tenían placeros encargados de custodiar los bienes comunes, entre los que estaba el traca balanca, una figura que resume lo que somos la del famoso sube y baja o del balancín, así un grupúsculo del más seleccionado medio pelo nacional siempre hablando mal del gobierno y con actitudes de distracción para ver lo que hay que ver y es que detrás de estos hay otros que precisamente no son de los gobiernos; (Resumen Cristian Carrillo) El precio del dólar paralelo cedió ayer 30 centavos, luego de la escapada que exhibió en la jornada anterior de casi 50 centavos, y las últimas operaciones se hicieron a 8,45 pesos. Durante el día, la baja en este escenario marginal había llevado al paralelo a 8,10 pesos, para luego recuperar rápidamente posiciones. En el micro centro porteño se mantuvo la oferta por parte de arbolitos, pero varias cuevas al mediodía interrumpieron sus operaciones de compra y venta de divisas. En la city porteña ensayaron como explicación una supuesta intervención oficial, con llamados a bancos y agencias de cambios para que vuelquen divisas por los canales informales para bajarle presión al blue. En el circuito formal, la mayoría de pizarras se mantuvo en 5,10 pesos, un precio que se replicó en el mayorista, lo que adelanta algún reacomodamiento para hoy. El Banco Central compró 40 millones de dólares y la intervención llevó el saldo de reservas a 41.033 millones, 30 millones por encima de la víspera. Voceros del establishment utilizaron esta nueva escapada en el paralelo para renovar el pedido de mayor devaluación, mientras que desde un sector del oficialismo apuntan a la liquidación de los exportadores que todavía no se volcó al mercado local como respuesta. Ninguna de las propuestas presenta una solución para evitar filtraciones en el sistema, buscando fugar divisas. Una devaluación abrupta generaría mayores distorsiones en la economía real, con fuerte impacto en sectores de ingresos en pesos, la mayoría de la población. Pero, además, alimentaría una segunda ola de rumores de devaluación, ya que en escenarios de incertidumbre el precio parece no encontrar techo, lo que queda en evidencia en el hecho de que haya compradores para atesoramiento dispuestos a pagar 72 por ciento por encima de la cotización oficial, brecha a la que llegó anteayer. La liquidación de los exportadores traerá alivio a las arcas del Central, que podría absorber el exceso de divisas. No obstante, este partido se juega en el circuito formal. La reunión que mantuvo la presidenta Cristina Fernández con parte de su gabinete económico el miércoles se centró en analizar las alternativas. El segmento informal mueve montos marginales. Durante los momentos con mayor presión y con menores trabas oficiales llegaba a operar el equivalente a unos 25 millones de dólares diarios. Esta cifra es actualmente mucho más reducida, aunque amplificada por algunos medios que intentan imponer este precio como un objetivo al que deba llegar la cotización oficial. Cuanto más alto, mayor es la devaluación que piden. La volatilidad que exhibió ayer el precio del blue reflejó que se trata de un mercado con precios arbitrarios. El valor que les ponen las cuevas a sus billetes depende de si es cliente asiduo, las dificultades para conseguirlos –cada vez mayores– y el monto solicitado. Con los arbolitos el precio es todavía más antojadizo. Tras tocar los 8,75 pesos en la jornada anterior, muchos que conservaban divisas fueron a la city porteña a hacer una diferencia. Lo curioso fue que encontraron varias cuevas que habían suspendido sus operaciones debido a la baja que comenzaba a profundizarse cerca del mediodía, cuando llegó a 8,10 pesos. Algunos arbolitos insistían con 8,30 pesos. A esos precios nadie quería deshacerse de los dólares, y en el segmento informal retacearon las divisas para trocar. En el mercado se habló de un volumen de divisas que se volcó en el inicio del día, que se relacionó con algún pedido oficial para que “cambistas amigos” presionaran a la baja el precio. Sin embargo, los pocos que consiguieron moneda extranjera mantuvieron operaciones e impusieron sus precios, en alza. El promedio, de una muestra aun mayor a lo habitual, se ubicó en torno de los 8,45 pesos, que lleva a una brecha con el dólar tarjeta –sumada la retención del 20 por ciento sobre el formal– nuevamente a los valores previos a la suba en los pagos a cuenta. Se estabilizó en el 37 por ciento. En el mayorista, donde sí se espera el ingreso de dólares por la cosecha gruesa, el Central convalidó una nueva suba, hasta 5,10 pesos, similar a los precios minoristas en pizarra, algo poco habitual. Con puntuales intervenciones, el saldo del Central fue una compra neta de 40 millones de dólares, que detuvo la caída de reservas que venía evidenciando hace varias semanas. La presencia de la autoridad monetaria también se exhibió en el mercado de futuros, en donde brindó cobertura a los bancos con posiciones a fines de abril y hasta agosto, con el objetivo de desestimular la acumulación de dólares, que pueden volcarse al mercado cambiario. Los contratos de dólar a término se pactaron en torno a 5,21 pesos para el vencimiento en abril y hasta 5,30 para mayo. El euro cotizó estable a 6,72 pesos para la venta.

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