Giladas.
Giles por excesos o por defectos
tal cual somos hablaremos ahora hasta el cansancio y lloraremos como plañideras
y ojalá que por todo esto y de tanto crujir no nos equivoquemos con las
equivocaciones que se desencadenarán ahora que empezarán algunos
desencadenamientos en la región y en la aldea global, solemnemente llenaremos
páginas enteras en la prensa escrita y ocuparemos millones de segundos en ese
aire o en ese cable que cuestan muy caro a los que evaden impuestos y son
empresarios formales en nuestras economías informales que con eso de andar
hablando por hablar y exagerando para un lado y para el otro según se incline
la balanza con el efectivo que circule lavan activos y pasivos para evadir
contribuciones y por lo tanto obligaciones sociales argumentando que con la iniciativa
privada ellos alcanza y dan más según conspicuos contadores que mienten
reiteradamente para alcanzar mayores honorarios, y seguiremos siendo los giles,
los otarios de la región, creyéndonos esa historia de los vivos de por acá que
bien saben que mientras sigamos de esa manera ellos seguirán haciendo buenos
negocios como lo hicieron a lo largo de toda nuestra historia, y diremos todas
esas gansadas que la muerte nos mancomuna antes de decir que nos iguala lo que
también es mentira porque es como sucede con las personas a nadie le interesa
el otro salvo algunas excepciones; "Aquí
estuvo el Diablo. Todavía huele a azufre...". Es difícil olvidar el 20 de
setiembre del 2006, cuando Hugo Chávez tomó la palabra en la Asamblea de las
Naciones Unidas y comparó al presidente George W. Bush con Lucifer. Tradicionalmente
Venezuela tuvo una relación muy estrecha con EE.UU. Pero desde que Chávez
asumió la presidencia venezolana en 1999, lo que han predominado entre ambos
países son los conflictos y los enfrentamientos. Durante el gobierno de Bush,
la retórica fue durísima tanto de un lado como del otro. EE.UU. calificó a
Chávez de "demagogo que usa el petróleo para desestabilizar las
democracias de la región". Chávez no se quedó atrás. No sólo criticó
duramente la guerra contra Irak y Afganistán sino que en repetidas ocasiones
acusó a EE.UU. de haber apoyado el golpe de Estado que intento derrocarlo en
abril del 2002 y de tener un plan para asesinarlo y para invadir Venezuela.
Bush es un "burro, un cobarde, un asesino, un genocida, y un
borracho", dijo una vez. Con la llegada del presidente Barack Obama a la
Casa Blanca, hubo un paréntesis de optimismo. Durante la Cumbre de las Américas
de Trinidad y Tobago del 2009, Chávez le regaló a Obama "Las venas
abiertas de América Latina", donde Eduardo Galeano describe el saqueo de
los recursos naturales de la región por parte de Gran Bretaña y de Estados
Unidos, que Obama aceptó sonriente. Durante los últimos 12 años hubo varios
vaivenes diplomáticos, pero la relación entre Chávez y Estados Unidos nunca se
rompió realmente por los intereses económicos que comparten. En efecto, pese a
que Chávez nacionalizó PDVSA y varias distribuidoras de gas y de petróleo,
nunca dejo de exportarle a Estados Unidos un millón de barriles de petróleo
diarios que el país del norte necesita para satisfacer su demanda.
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