jueves, 25 de abril de 2013

En primera persona, family


Escrito por el papá de mi amigo Jorgín, que ya no están
La Casita de Tucumán
Hoy once de enero de 1982 comienzan mis vacaciones y cómo quien acompañar a mi yerno, viajé a Tucumán, a dar un vistazo a la casita.Llegamos a las 16,30 hs y de inmediato Mera salió a realizar las gestiones previstas.
Yo me quedé solo y comencé a caminar por todos los rincones y de pronto una lluvia de recuerdos acudieron a mi memoria y en fracciones de segundos me acosaron los recuerdos, buenos y malos, y deseando realizar un balance, quise elevar mis ojos al cielo, en busca de una respuesta,pero tres fotografías colgadas de la pared me interceptan la mirada y sonrientes me contestaron a coro:"positivo Tatata"; algo caliente rodó por mis mejillas y ya no me sentí tan solo.
Hacen varios años que compramos esta casita con bastante sacrificio, con el fin de que nuestros hijos hallan podido vivir y estudiar en Tucumán.
Pués entonces la veíamos tan linda y nos alegraba tanto poder viajar y visitarlos cada vez que podíamos....
Hoy la casa está vieja, deteriorada y los muebles de segunda mano que compramos ya sienten el peso del tiempo, pareciera que han caminado de la mano de su dueño.
Ya no es la casita linda y alegre de Tucumán, a la que íbamos con tantas ilusiones y esperanzas; ahora se ha convertido en un cacho de experiencia, para atarla a la cadena larga que componen el diario de nuestras vidas

11/1/82 GRINGO BADA

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