Escrito por el papá de mi amigo
Jorgín, que ya no están
La Casita de Tucumán
Hoy once de enero de 1982
comienzan mis vacaciones y cómo quien acompañar a mi yerno, viajé a Tucumán, a
dar un vistazo a la casita.Llegamos a las 16,30 hs y de inmediato Mera salió a
realizar las gestiones previstas.
Yo me quedé solo y comencé a
caminar por todos los rincones y de pronto una lluvia de recuerdos acudieron a
mi memoria y en fracciones de segundos me acosaron los recuerdos, buenos y
malos, y deseando realizar un balance, quise elevar mis ojos al cielo, en busca
de una respuesta,pero tres fotografías colgadas de la pared me interceptan la
mirada y sonrientes me contestaron a coro:"positivo Tatata"; algo
caliente rodó por mis mejillas y ya no me sentí tan solo.
Hacen varios años que compramos
esta casita con bastante sacrificio, con el fin de que nuestros hijos hallan
podido vivir y estudiar en Tucumán.
Pués entonces la veíamos tan
linda y nos alegraba tanto poder viajar y visitarlos cada vez que podíamos....
Hoy la casa está vieja,
deteriorada y los muebles de segunda mano que compramos ya sienten el peso del
tiempo, pareciera que han caminado de la mano de su dueño.
Ya no es la casita linda y alegre
de Tucumán, a la que íbamos con tantas ilusiones y esperanzas; ahora se ha
convertido en un cacho de experiencia, para atarla a la cadena larga que
componen el diario de nuestras vidas
11/1/82 GRINGO BADA
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