Serial losers.
Igual que en la vidriera
irrespetuosa de los cambalaches, albricias, aleluya, perdedores seriales, que
si no nos acordamos para eso tenemos a nuestro informadores que ni siquiera son
informantes, ellos se ocupan de recordarnos a cada rato qué lejos y para abajo
estamos en las escala de los primeros, ellos arman rápido letras y contenidos
de artículos, periodísticos los llaman, donde invariablemente nos van
ratificando los que ya sabemos, que vinimos perdedores y nos iremos perdedores,
que no hay ninguna posibilidad en el sistema, ni siquiera la del azar por la
cual podemos creer siquiera que por una vez no seamos perdedores, albricias
aleluya, no respetamos los contratos y a la culpa de las desprolijidades nuestras
la tiene el gobierno como no puede ser de otra forma, cualquier gobierno el que
este de turno, siempre es más cómodo que a las culpas las tengan los terceros y
a la razón la tengamos nosotros, en el barro mezclado de la sociedad residual
que conformamos la cooperación es lo más deficiente que tenemos entonces
hacemos agua por todos lados, tenemos pinchaduras impensables en el gomón de
nuestra vida social, aunque en la superficie aparezcamos como unos adalides de
la mal llamada solidaridad, esa actitud por la cual se entrega lo que sobra en
casa, pero nunca un mínimo de posiciones. (Crónicas, resumen) Como las brujas,
los aumentos de precios no existen, pero que los hay, los hay . A pesar de los
anuncios del Gobierno acerca de que el congelamiento se extenderá por lo menos
hasta fines de mayo, en los últimos días empezaron a filtrarse las primeras
subas de precios en alimentos y en el resto de los productos de la canasta
básica. Por el momento, los incrementos no llegaron a los grandes supermercados
-controlan el 40% de las ventas de alimentos y bebidas- y se limitan a las
cadenas del interior del país y a pequeños comercios, una lista que incluye a
almacenes, autoservicios chinos, mayoristas, despensas y maxiquioscos. En la
mayoría de los casos se trata de subas que afectan a algunos productos y a las
principales marcas, y no a toda la gama de artículos. Los aumentos oscilan
entre 4 y 9%, es decir, la misma franja de porcentajes que venía autorizando
hasta hace unos meses la Secretaría de Comercio Interior. "La lista de
precios de los yogures me llegó con una suba de 6% y lo mismo me pasó con el
distribuidor de las hamburguesas", reconoció Daniel, dueño de un pequeño
almacén de Olivos, que obviamente está fuera de los radares y controles de la
secretaría que conduce Guillermo Moreno. En Santa Fe, un relevamiento realizado
por la prensa local descubrió alzas de hasta 30% en algunos cortes de carne que
se venden en los supermercados de la ciudad, mientras que una medición a cargo
de la organización Libres del Sur dio cuenta de incrementos de 3,2% en los
productos de la canasta básica en Mar del Plata y de 2,6% en San Miguel de
Tucumán. El panorama es un poco peor en el Gran Buenos Aires, ya que otra
organización social, Barrios de Pie, informó que en los almacenes y
autoservicios chinos del conurbano la canasta de alimentos acumuló desde
febrero un alza promedio de 4,9 por ciento. "Empresas como Danone, La
Serenísima, Fargo, Quickfood o Quilmes les venden en forma directa únicamente a
las grandes cadenas de supermercados, y para el resto del mercado trabajan con
distribuidores exclusivos, que son los que están filtrando los primeros
aumentos de precios", admitieron en una empresa líder que por ahora
decidió respetar a rajatabla el congelamiento de precios. En un mayorista
destacan que el proceso de concentración que vivió su negocio trajo aparejado
que los proveedores decidieran llegar en forma directa al comercio minorista.
"Hoy un mayorista importante tiene las compras concentradas en menos de
una decena de empresas, que son las que le venden en forma directa. El resto
termina atendiendo al pequeño minorista a través de su red de distribuidores,
que para una compañía grande puede representar el 50 por ciento de sus
ventas", explicaron en una cadena líder. "Desde hace tiempo, los
proveedores trabajan con una combinación de descuentos que son muy aleatorios y
que dependen de diferentes factores, como los volúmenes, los objetivos de
compras, temas estacionales o llamadas proyecciones de operaciones anuales.
Cada uno de estos ítems significa entre 2 y 3 puntos, pero si se suman, pueden
representar una cifra importante. Ahora estamos viendo que cada vez más
empresas los están eliminando y, obviamente, son subas que se terminan
trasladando a los precios al público", advirtió Miguel Calvete, director
ejecutivo de la Federación de Supermercados y Asociaciones chinas de la
República Argentina. En una fabricante multinacional de alimentos aseguraron
que el congelamiento la llevó a introducir cambios en su política de distribución.
"A diferencia de la competencia, en nuestro caso el peso que tienen los
grandes supermercados es muy grande y por eso estamos reviendo la política
comercial, con el objetivo de priorizar la atención de los pequeños puntos de
venta. Hasta hace poco, los problemas sindicales con el gremio de Camioneros
nos desalentaban a impulsar la distribución propia, pero hoy el factor Moyano
pesa menos que el factor Moreno", se sinceraron en la empresa. Los
aumentos de precios no se limitan a los productos envasados. Las entidades de
defensa del consumidor detectaron en los últimos días importantes subas en
varios alimentos frescos. Según la medición que realiza a título personal el ex
diputado Héctor Polino, el precio de la canasta básica en la Capital Federal
registró un incremento del 0,84% en marzo, y desde el 1° de febrero -fecha de
inicio del congelamiento de precios dispuesto por el Gobierno- el aumento
acumulado alcanza al 1,36 por ciento. De acuerdo con el relevamiento de Polino,
en marzo los aumentos fueron liderados por algunos alimentos frescos como la
cebolla y la carne vacuna, que históricamente registran mayores vaivenes en sus
precios al público debido a factores climáticos y estacionales. La situación
además se puede agravar en los próximos días por las inundaciones de la última
semana, que afectaron a gran parte de las ciudades de Buenos Aires y La Plata.
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