martes, 9 de abril de 2013

En primera persona;


Serial losers.
Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches, albricias, aleluya, perdedores seriales, que si no nos acordamos para eso tenemos a nuestro informadores que ni siquiera son informantes, ellos se ocupan de recordarnos a cada rato qué lejos y para abajo estamos en las escala de los primeros, ellos arman rápido letras y contenidos de artículos, periodísticos los llaman, donde invariablemente nos van ratificando los que ya sabemos, que vinimos perdedores y nos iremos perdedores, que no hay ninguna posibilidad en el sistema, ni siquiera la del azar por la cual podemos creer siquiera que por una vez no seamos perdedores, albricias aleluya, no respetamos los contratos y a la culpa de las desprolijidades nuestras la tiene el gobierno como no puede ser de otra forma, cualquier gobierno el que este de turno, siempre es más cómodo que a las culpas las tengan los terceros y a la razón la tengamos nosotros, en el barro mezclado de la sociedad residual que conformamos la cooperación es lo más deficiente que tenemos entonces hacemos agua por todos lados, tenemos pinchaduras impensables en el gomón de nuestra vida social, aunque en la superficie aparezcamos como unos adalides de la mal llamada solidaridad, esa actitud por la cual se entrega lo que sobra en casa, pero nunca un mínimo de posiciones. (Crónicas, resumen) Como las brujas, los aumentos de precios no existen, pero que los hay, los hay . A pesar de los anuncios del Gobierno acerca de que el congelamiento se extenderá por lo menos hasta fines de mayo, en los últimos días empezaron a filtrarse las primeras subas de precios en alimentos y en el resto de los productos de la canasta básica. Por el momento, los incrementos no llegaron a los grandes supermercados -controlan el 40% de las ventas de alimentos y bebidas- y se limitan a las cadenas del interior del país y a pequeños comercios, una lista que incluye a almacenes, autoservicios chinos, mayoristas, despensas y maxiquioscos. En la mayoría de los casos se trata de subas que afectan a algunos productos y a las principales marcas, y no a toda la gama de artículos. Los aumentos oscilan entre 4 y 9%, es decir, la misma franja de porcentajes que venía autorizando hasta hace unos meses la Secretaría de Comercio Interior. "La lista de precios de los yogures me llegó con una suba de 6% y lo mismo me pasó con el distribuidor de las hamburguesas", reconoció Daniel, dueño de un pequeño almacén de Olivos, que obviamente está fuera de los radares y controles de la secretaría que conduce Guillermo Moreno. En Santa Fe, un relevamiento realizado por la prensa local descubrió alzas de hasta 30% en algunos cortes de carne que se venden en los supermercados de la ciudad, mientras que una medición a cargo de la organización Libres del Sur dio cuenta de incrementos de 3,2% en los productos de la canasta básica en Mar del Plata y de 2,6% en San Miguel de Tucumán. El panorama es un poco peor en el Gran Buenos Aires, ya que otra organización social, Barrios de Pie, informó que en los almacenes y autoservicios chinos del conurbano la canasta de alimentos acumuló desde febrero un alza promedio de 4,9 por ciento. "Empresas como Danone, La Serenísima, Fargo, Quickfood o Quilmes les venden en forma directa únicamente a las grandes cadenas de supermercados, y para el resto del mercado trabajan con distribuidores exclusivos, que son los que están filtrando los primeros aumentos de precios", admitieron en una empresa líder que por ahora decidió respetar a rajatabla el congelamiento de precios. En un mayorista destacan que el proceso de concentración que vivió su negocio trajo aparejado que los proveedores decidieran llegar en forma directa al comercio minorista. "Hoy un mayorista importante tiene las compras concentradas en menos de una decena de empresas, que son las que le venden en forma directa. El resto termina atendiendo al pequeño minorista a través de su red de distribuidores, que para una compañía grande puede representar el 50 por ciento de sus ventas", explicaron en una cadena líder. "Desde hace tiempo, los proveedores trabajan con una combinación de descuentos que son muy aleatorios y que dependen de diferentes factores, como los volúmenes, los objetivos de compras, temas estacionales o llamadas proyecciones de operaciones anuales. Cada uno de estos ítems significa entre 2 y 3 puntos, pero si se suman, pueden representar una cifra importante. Ahora estamos viendo que cada vez más empresas los están eliminando y, obviamente, son subas que se terminan trasladando a los precios al público", advirtió Miguel Calvete, director ejecutivo de la Federación de Supermercados y Asociaciones chinas de la República Argentina. En una fabricante multinacional de alimentos aseguraron que el congelamiento la llevó a introducir cambios en su política de distribución. "A diferencia de la competencia, en nuestro caso el peso que tienen los grandes supermercados es muy grande y por eso estamos reviendo la política comercial, con el objetivo de priorizar la atención de los pequeños puntos de venta. Hasta hace poco, los problemas sindicales con el gremio de Camioneros nos desalentaban a impulsar la distribución propia, pero hoy el factor Moyano pesa menos que el factor Moreno", se sinceraron en la empresa. Los aumentos de precios no se limitan a los productos envasados. Las entidades de defensa del consumidor detectaron en los últimos días importantes subas en varios alimentos frescos. Según la medición que realiza a título personal el ex diputado Héctor Polino, el precio de la canasta básica en la Capital Federal registró un incremento del 0,84% en marzo, y desde el 1° de febrero -fecha de inicio del congelamiento de precios dispuesto por el Gobierno- el aumento acumulado alcanza al 1,36 por ciento. De acuerdo con el relevamiento de Polino, en marzo los aumentos fueron liderados por algunos alimentos frescos como la cebolla y la carne vacuna, que históricamente registran mayores vaivenes en sus precios al público debido a factores climáticos y estacionales. La situación además se puede agravar en los próximos días por las inundaciones de la última semana, que afectaron a gran parte de las ciudades de Buenos Aires y La Plata.

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