(Julio 2013) El Belgrano Cargas
en 20 años pasó de trasladar cuatro millones de toneladas a solo una. En 1989
la extensión de la red se ubicaba en 10.840 km, de los cuales el 40% se
encontraba en buenas condiciones, mientras que actualmente están operativos
5.000 km, de los cuales sólo el 8% (400 km) se encuentra en buen estado. La
Fundación Pensar, encargada de desarrollar políticas públicas para el PRO,
realizó un informe que repasa la situación histórica del Ferrocarril Belgrano
Cargas (FCBC), que con el correr de los años fue perdiendo protagonismo en el
Noroeste Argentina (NOA), producto de un elevado costo logístico que obedece en
gran parte a una matriz de transporte de cargas ineficiente y fuertemente
concentrada en el modo más costoso, el carretero. Por esta razón es esencial la
recuperación de la capacidad de transporte del FCBC para mejorar la
conectividad del norte argentino. Hacia fines de la década de 1980 el Belgrano
trasladaba cerca de cuatro millones de toneladas, y hoy sólo transporta
alrededor de un millón. Una de las principales razones de la caída de los
volúmenes operados es el constante cambio en la gestión de esta red, por lo
tanto es necesario un abordaje de política realista que tome en cuenta la
experiencia regional en materia de inversión ferroviaria, de la mano de un
Estado que deberá jugar un papel de importancia en las obras estructurales,
enfocadas en ramales estratégicos que lo transformen en un ferrocarril
operativamente sostenible. A nivel internacional en materia de transporte de
cargas, el tren posee una participación muy elevada, sobre todo en países de
gran extensión territorial, donde las ganancias de eficiencia por su uso son
más significativas. Por ejemplo, en países como Canadá y Estados Unidos, la
carga transportada se ubica en torno a 50%, mientras que en Brasil se ubica en
el orden del 22%, cifra que contrasta con el 5% que actualmente transporta
Argentina. Las causas de este presente que vive el FCBC son producto del
deficiente estado de la infraestructura, la escasez de material tractivo y la
ineficiente gestión. En una comparación con el transporte vial, las tarifas del
Belgrano Cargas son similares o ligeramente inferiores pero los tiempos de
viaje son mucho más extensos: un viaje desde Las Lajitas (centro sojero
salteño) hasta Rosario tiene una duración de entre 4 y 6 días, mientras que por
camión este trayecto insume entre 24 y 36 horas. Una de las principales razones
de la caída de los volúmenes operados radica en el constante cambio en la
gestión de la red. Durante los últimos 20 años ha sido parte de una empresa
pública ferroviaria, una empresa pública ad hoc, una concesión al sindicato,
otra a una operadora transitoria, y por último, ha pasado a ser operada
nuevamente por el Estado Nacional (desde mayo de 2013). Esto ha provocado entre
otras cuestiones, que el nivel de gasto total del FCBC que transporta un millón
de toneladas, sea equivalente al del Nuevo Central Argentino, que transporta
más de ocho millones de toneladas al año. Asimismo, su infraestructura ha
sufrido un marcado deterioro durante las últimas dos décadas. En 1989 la
extensión de la red se ubicaba en 10.840 km, de los cuales el 40% se encontraba
en buenas condiciones, mientras que actualmente están operativos 5.000 km, de
los cuales sólo el 8% (400 km) se encuentra en buen estado. El material rodante
muestra también un deterioro considerable. Actualmente el Belgrano Cargas
cuenta con unas 30 locomotoras operativas cuando a comienzos de los 90’s este
número era de 120. La flota de vagones, por su parte, es de 5.500 unidades, de
las cuales menos del 50% se encontraría en funcionamiento. La Fundación Pensar,
presidida por el Ministro de Desarrollo Económico porteño Francisco Cabrera,
propone para lograr la recuperación del Belgrano Cargas, que ocupa un papel
central en el debate sobre la competitividad del NOA, una serie de grandes
inversiones enfocadas en ramales estratégicos que lo transformen en un
ferrocarril operativamente sostenible. En este sentido, es necesario para el
cumplimiento del objetivo anterior un abordaje realista de política que tome en
cuenta la experiencia regional en materia de inversiones: salvo algunos casos
puntuales donde la escala de los emprendimientos lo permite, la inversión en
infraestructura básica corre por cuenta del Estado y los concesionarios se
encargan de operar y mantener la red. La Fundación Pensar es la usina de ideas
del PRO.
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