Quizás resulte extraño titular un
texto de esta forma, pero realmente es la sensación que tengo, creo poco
importa el usuario de un transporte público que siempre termina siendo el
rehén, de una medida de fuerza sindical, del trabajo a reglamento, de los
cronogramas reducidos, del escaso mantenimiento, etc. Por motivos personales me
he convertido en un usuario a diario del transporte público y por ende me toco
sufrir todos los motivos que enumere en líneas anteriores, pero creo que lo más
grave es que somos víctimas de la ausencia de una verdadera política de
transporte, la realidad nos demuestra que hay mucha improvisación y más
preocupación en intereses propios de los partidos políticos o de dirigentes que
en preocuparse por prestar un buen servicio público, una muestra de esto es el
conflicto entre Nación y Ciudad por el manejo de la red de subterráneos.
Recordemos hace unos años, que se le quito la concesión del Ferrocarril
Roca a Metropolitano debido a múltiples
incumplimientos y a la calidad desastrosa del servicio que prestaba, para tomar
el lugar de esta empresa, entro en escena la UGOFE (Unidad de Gestión Operativa
Ferroviaria de Emergencia S.A.), y el tiempo demostró que se podía mejorar, se
renovaron vías y durmientes, se invirtió en mejorar la infraestructura, se
remodelaron las formaciones y la calidad del servicio mejoro considerablemente
junto con el cumplimiento de horarios, parecía que de una vez por todas los
usuarios iban a poder disfrutar de un buen servicio. Lamentablemente esta
situación duro solo un tiempo y es evidente como se ha descuidado el servicio;
Las formaciones están cada vez más deterioradas, tanto en el exterior como en
el interior, el cumplimiento de horarios ya no es cosa de todos los días. La
anunciada obra de electrificación de las vías 1 y 2 entre Plaza Constitución y
Temperley, se encuentra detenida y para peor en horario nocturno sigue vigente
el cronograma de emergencia que se impuso por esta obra que ni siquiera es
cumplido. El confort prácticamente no existe en el ámbito ferroviario, las
formaciones perdieron los sanitarios, se reemplazaron los asientos acolchados
por asientos plásticos, aunque esto último supone una mejora a los asientos
anti vandálicos (de chapa) que instalo Metropolitano, se anularon los
respiraderos de los coches Materfer, sin importar de que el pasajero puede
sufrir calor en verano; La limpieza brilla por su ausencia en las formaciones,
muchas de las cuales exponen sus grafitis tanto en el exterior como en el
interior de las mismas. La pregunta que surge es: ¿Qué tiene que pasar para que
el servicio mejore? Ya tuvimos una tragedia en Once, ¿hay que esperar otra?
Ojala los gobernantes se den cuenta de la necesidad de encarar una política de
transporte a nivel nacional y dejar de lado la improvisación y los propios intereses,
son más importantes los intereses de la sociedad, porque al fin y al cabo,
lamentablemente las victimas siempre somos los pasajeros.
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