jueves, 12 de enero de 2012

hojas orgánicas

Puchero a la criolla, Por Laura - Ingredientes Falda u ossobuco de vaca, 2 K Panceta salada, 300g Chorizos de cerdo, 3 Morcillas,

2 Zanahorias, 3 Puerros, 3 Papas, 3 Batatas, 3 Choclos, 3 Repollo, 1/2 Garbanzos, 300g Cebollas, 2 Apio, 2 varitas Perejil, tomillo, laurel, un ramo Sal gruesa, un puñado Sal fina, aceite de oliva, mostaza, salsa de ají picante, mayonesa (preferentemente casera), a gusto Preparación - En una olla grande poner a hervir abundante agua con un sal gruesa. - Cuando el agua llegue a punto de ebullición agregar la carne de vaca. - Pasados unos 15 minutos retirar la espuma de la superficie y agregar el ramo de perejil, tomillo y laurel, el apio, los puerros y las cebollas. - Incorporar los garbanzos, que se habrán dejado en remojo desde la noche anterior, envueltos en una tela o red atada, para que no se dispersen. -

Cuando lleve una hora de cocción agregar el repollo cortado en trozos grandes. - A los 15 minutos incorporar las zanahorias peladas y enteras. - Dejar cocinar 10 minutos y agregar las papas peladas y enteras. - A los 15 minutos incorporar los choclos pelados y cortados en mitades y el zapallo cortado en trozos grandes. - Cuando las papas estén tiernas el puchero estará listo. - En olla aparte poner agua con sal y cuando llegue a punto de ebullición agregar las batatas peladas y enteras, dejar hasta que estén cocidas, ½ hora aproximadamente. Las batatas se cocinan por separado porque oscurecen el caldo. - En una tercer olla cocinar, siempre en agua hirviendo, los chorizos pinchados y la panceta cortada en trozos, cuando los chorizos estén listos, unos 45 minutos, agregar las morcillas enteras y pinchadas y dejar cocinar 5 minutos mas. - Servir en dos fuentes, en una las carnes y en otra las verduras. - Cada uno acompañara con aceite, mostaza, salsa picante y mayonesa a gusto. -

Para utilizar luego el caldo de la olla donde se hirvió la carne vacuna y las verduras, dejar enfriar y retirar la grasa que se condensa en la superficie. Los caldos de la cocción de las batatas, el cerdo y las morcillas se descartan.
Ingredientes para PUCHERO ANDALUZ: 1 trozo de jarrete de ternera 1 ó 2 muslos de pollo 1 hueso blanco 1 trozo de tocino salado 1 trozo de costilla de cerdo salada 1 hueso de espinazo de cerdo 1 trozo de tocino fresco 2 patatas grandecitas cortadas en cuatro 1 apio pequeño 1 puerro 4 ó 5 zanahorias 3 ó 4 puñados de garbanzos hierbabuena





Cómo hacer PUCHERO ANDALUZ paso a paso: Poner los garbanzos en remojo el día anterior. Lavar los huesos salados bajo el grifo para quitarles el exceso de sal. Poner todo menos las patatas en una olla espres grande y cubrir de agua. Cuando empiece a hervir hay que quitar la espuma que va soltando con una espumadera. Una vez quitada la espuma,añadir las patatas y cerrar la olla, poniéndole la válvula. Contar 30 minutos cuando empiece a pitar. Abrir y probar de sal rectificando si fuera necesario No es conveniente echar sal antes, porque aunque lavemos los huesos salados, siguen conteniendo sal. Consejos y trucos para cocinar PUCHERO ANDALUZ: El caldo del puchero debe quedar blanquito. Si al abrir la olla vemos que el caldo ha salido muy concentrado y por lo tanto un poco fuerte, podemos añadir agua y cocer solo un poco más. Se sirven los garbanzos con las patatas y el caldo en el plato con unas hojas de hierba buena que le da muy buen sabor y un olor especial.


La carne y el tocino se sirven aparte; aquí en Andalucía se le llama "pringá" y cuando sobra la que sabe yo no jeje, hace croquetas. Buen provecho a todos
El puchero ha constituido, durante cientos de años, el soporte fundamental de la cocina española. Lo que durante el siglo pasado fue el pan de cada día, y plato único la mayoría de las veces; hoy es un auténtico manjar de reyes. Durante los siglos XVII y XVIII, el puchero viajaba con los reyes en sus giras campestres -mucho antes fue uno de los platos favoritos de Carlos I- y constituía el plato principal de las opíparas comidas cardenalicias. En aquella época, nuestro protagonista estaba compuesto de trozos de carne, legumbres, garbanzos, tocino y, a veces, de pollo. A principios del XIX, el puchero ya no es considerado un plato exclusivo de las mesas nobles y se comienza a servir en posadas, fondas y cafés, donde todavía se consideraba un plato caro que había que pedir a la carta. Su popularidad aumenta a pasos agigantados, por lo que, en menos de un siglo, las clases pudientes pasan de consumirlo habitualmente a considerarlo un plato de baja estofa y pasado de moda.


 Durante el siglo XX, el puchero se acomoda a todos los bolsillos y a todas las situaciones, convirtiéndose en una de las recetas más populares de la gastronomía nacional hasta bien entrada la Guerra Civil española. En la época actual, el cocido es un puchero en el que se cuecen juntos los garbanzos (suele ser el ingrediente principal), carnes gelatinosas (morcillo de vaca), tocino, chorizo y morcilla. También se le puede añadir gallina. . La verdura es imprescindible, sobre todo el repollo, aunque también se pueden utilizar zanahorias y papas. La sopa se hace con fideos, y si éstos son finos, mucho mejor.


 La llegada del siglo XX encuentra a la gastronomía Argentina en el mayor grado de pobreza y aburrimiento, con la llegada de los emigrantes Españoles e Italianos, también llego una variación más rica en el arte de la cocina.


Durante toda la época colonial y durante el siglo XIX se comía mucho y en forma muy variada. Baste recordar que los menús sociales que componía el más prestigioso de los cocineros de aquella época, el francés Joseph Dure, incluía entre cinco y seis platos más postre. En las casas de familia, los platos básicos eran la olla podrida -así se llamaba al puchero-, una gran cantidad de vegetales -mucha mandioca-, las carnes asadas y los pescados de río. El puchero rioplatense es semejante al cocido español del cual deriva, sin embargo en nuestro país toman preponderancia las carnes sobre los vegetales debido a la abundancia de éstas; de hecho es poco común -en esta variedad de puchero- la presencia de garbanzos (tan comunes en los cocidos ibéricos).



 El "protagonismo" de las carnes en el puchero es cuantitativo y cualitativo, esto significa que no sólo es generoso en cantidad de carnes, sino que se buscan especiales tipos de cortes de carne: en general cortes vacunos, que tengan hueso como el caracú (tuétano) por ejemplo el llamado osobuco; o en su defecto, carne de aves de corral (en este último caso el más común es el llamado "puchero de gallina"). Los ingredientes típicos de un puchero, además de las carnes, son papas, cebollas y zapallos. Aunque un puchero más completo suele llevar también batata (tubérculo llamado asimismo boniato), choclo, zanahoria, calabaza, tocino, chorizo colorado o -mejor aún chorizo candelario cortado en rodajas-, panceta e incluso repollo y huevos. El puchero es sin duda el plato más aprovechado y agradecido de nuestra gastronomía. Con su caldo podemos tomar un consomé, una sopita de fideos, de arroz, o de lo que guste. Los garbanzos podemos tomarlos con un poco del caldo, bañados con un poco de aceite de oliva, sal y pimentón, en ropa vieja. La verduras se pueden comer con aceite y sal y es manjar de dioses.


Con la carne, si tenemos a mano un buen tomate, es una magnífica cena junto con una tortilla de papas.



Al mundo le falta un tornillo Tango 1933 Música: José María Aguilar Letra: Enrique Cadícamo
Todo el mundo está en la estufa,
Triste, amargao y sin garufa, neurasténico y cortao...
Se acabaron los robustos, si hasta yo, que daba gusto, ¡cuatro kilos he bajao!

Hoy no hay guita ni de asalto y el puchero está tan alto que hay que usar el trampolín.

Si habrá crisis, bronca y hambre, que el que compra diez de fiambre hoy se morfa hasta el piolín. Hoy se vive de prepo y se duerme apurao. Y la chiva hasta a Cristo se la han afeitao... Hoy se lleva a empeñar al amigo más fiel, nadie invita a morfar... todo el mundo en el riel.

Al mundo le falta un tornillo que venga un mecánico...

 ¿Pa' qué, che viejo? Pa' ver si lo puede arreglar.

¿Qué sucede?... ¡mama mía! Se cayó la estantería o San Pedro abrió el portón. La creación anda a las piñas y de pura arrebatiña apoliya sin colchón. El ladrón es hoy decente a la fuerza se ha hecho gente, va no encuentra a quién robar. Y el honrao se ha vuelto chorro porque en su fiebre de ahorro él se “afana” por guardar. Al mundo le falta un tornillo, que venga un mecánico. pa' ver si lo puede arreglar.
El Conde mi señor se va a Napoles; Con el gran Duque. Príncipes, a Dío; De acémilas de haya no me fío, Fanales sean sus ojos o faroles.
Los más carirredondos girasoles
 Imitará siguiéndoos mi albedrío,
Y en vuestra ausencia, en el puchero mío

Será un torrezno la Alba entre las coles. En sus brazos Parténope festiva, De aplausos coronado Castilnovo, En clarines de pólvora os reciba; De las orejas yo teniendo al lobo, Incluso esperaré en cualque misiva Beneficio tan simple, que sea bobo. (Luis de Góngora)

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